Mujeres Exitosas

Queridos sentimientos, ¿quiénes son?

Habías estado bien todo este tiempo, pero últimamente, cosas que nunca antes habías sentido se han estado metiendo con tu trabajo y tus relaciones.

¡Por favor! Te estás ahogando en un vaso de agua. ¡Déjalo ir! Um – no es así de simple.

Las expectativas crean problemas para las mujeres.

«Pequeña niña, debes ser buena, hermosa, cariñosa, pero sobre todo, perfecta».

Sabes de lo que hablo  si te identificas o te criaron como mujer.

«Solo levanta la mano si estás segura de que tienes la respuesta correcta. Solo intentalo si estás segura que va  a salir bien. ¡No me respondas!”

Tan pronto como llegas a la adolescencia, te piden más cosas. «¡No te comas ese pedazo de pastel! Estás engordando». «Con esa actitud, no le vas a gustar a nadie». ¡Bla, bla, bla!

Si no es perfecto, ni siquiera lo intentes.

Hoy en día, ser “exitosa” es un requisito adicional de las personas que se identifican como mujeres. El éxito incluye ser perfecta, caer bien en el trabajo, mantener tu vida social brillante, tu piel resplandeciente, tu atuendo luciendo perfecto y tu casa hermosa y limpia.

Si tienes hijos, entonces ahora, debes ser la mamá y profesional perfecta. No se te olvide de la amiga, hija, pareja, cocinera ideal – y que no se note que estás tratando todo esto.

¡Y la verdad es que tu maravillosamente cumples muchos de estos roles!

«No necesito enemigos. Me tengo a mí misma».

Somos exigentes, ¿no? Por supuesto, no puedes ser perfecta, vas a regarla y no puedes dar el 110% al mismo tiempo en todas las áreas de tu vida.

¡No ser perfecta se siente mal! ¡Se siente horrible! Esas voces que te dicen que no eres suficiente, crean culpa, vergüenza y lástima.

A PESAR DE TODO LO QUE HAS LOGRADO, NO PUEDES SENTIRTE BIEN CONTIGO MISMA.

Sentirse insuficiente viene de muchas fuentes.

A lo mejor, tu mamá fue dura y estricta, o tu papá esperaba demasiado de ti. Ese maestro o jefe pudieron haber sido demasiado crueles contigo.

Los halagos solo se te dieron cuando sacaste buenas notas o ganaste algo.

Solo te sientes exitosa cuando logras más. Al demostrar tus éxitos, crees que realmente le estás mostrando a la gente que eres capaz.

Hay un costo.

Te ves muy bien por fuera pero no lo estas por dentro. El costo es sentir que vas cuesta arriba constantemente pero nunca llegas a la cima. Y lo que es peor, vas sin alegría.

Estar deprimida, ansiosa, agotada, la falta de límites, el odiarte a ti misma y sentirte culpable son el costo.

Cambiar también es costoso pero con una mejor recompensa.

Cambiar y obtener esa gran recompensa es donde la terapia entra a tu vida.

La terapia trabaja para tu futuro y tu presente.

La recompensa de hacer algo acerca de donde estás ahora es conocer el amor propio. Amarte puede cambiar tus alrededores y ayudarte a aceptar lo que no puedes cambiar.

La recompensa es disfrutar de relaciones que duren y te hagan sentir llena, dejar de estar agotada por dudas que te paralizan, ansiedad, depresión, perfeccionismo y siempre tratar de probarte a tí misma.

Ven a terapia. Vale la pena. Te prometo que el amor propio, la autocompasión, el autocuidado y la autocomprensión serán algunos de tus mayores logros.

Crear una visión positiva de ti misma puede ser tu logro más importante.

¡Hablame ya!