El dolor de Laura
En sus veintes, Laura comenzó a preocuparse sin control y a tomar medidas para evitar que sucedieran cosas malas. Sus preocupaciones incluían su salud, su carrera, mantener las cosas en orden, pero también cosas que otros consideran sin importancia, como qué marca de jabón comprar.
También le preocupaba tener pensamientos negativos porque sentía que se harían realidad si no hacía algo al respecto. Siempre trabajaba horas extra porque revisaba su trabajo varias veces para asegurarse de que no cometió errores.
Laura había tenido varios novios y cada persona con la que salía encontraba defectos que los hacía incompatibles, por lo que rompió con ellos. Más tarde se preguntaba por qué rompió con personas con las que realmente disfrutaba pasar el tiempo.
Otras veces, tenía miedo de que la gente ya no la quisiera a pesar de que le afirmaron que sí. Tenía muchos miedos, imágenes y pensamientos que la hacían sentir mal consigo misma, con su futuro y pensar que podía dañar a los demás. Pasaba mucho tiempo haciendo cosas para evitar que esto se hiciera realidad.
Laura no sabía que padecía Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)
Laura había estado en terapia varias veces. Había sido tratada por diferentes problemas en el pasado, incluyendo la ansiedad. Hablar con su terapeuta sobre sus preocupaciones ayudaba solo momentáneamente. Sus preocupaciones eran acerca de las cosas que más le importaban, así que tenían sentido.
Laura no sabía que sufría de TOC. No sabía que su cerebro estaba diseñado para que algunas cosas le importaran muchísimo y para prevenir daños, por lo que pensamientos angustiosos la atrapaban. No sabía que necesitaba aprender a manejar estos pensamientos en lugar de tratar de evitarlos para poder disfrutar de la vida.
Lo que ella sabía es que estaba agotada, asustada, cansada de sentirse aislada, como una mala persona y preocupada. Laura necesitaba un tratamiento de prevención de respuesta a la exposición.
Maneras en las que el TOC puede aparecer.
Cuando pensamos en el TOC, generalmente nos imaginamos a alguien que tiene miedo a los gérmenes y se lava las manos compulsivamente o alguien que quiere que todo esté ordenado y limpio. Sí, existe el TOC de contaminación y el TOC de orden y simetría. Y, hay muchos subtipos de TOC que pueden ser menos obvios.
Hay TOC de daño a los demás, TOC de perfeccionismo, TOC de orientación sexual, TOC de religión y espiritualidad, TOC suicida, TOC existencial, TOC de pensamiento mágico, y TOC de relaciones. Hay otros subtipos que pueden horrorizarte, como las obsesiones pedófilas, los problemas de salud y el TOC postparto.
No te aburriré con una lista interminable de definiciones y ejemplos. Lo que quiero que te preguntes es:
“¿Estoy (o mi ser querido) aterrorizado de que suceda algo malo si no lo soluciono o tomo una medida específica para evitar el daño? ¿Esto me estresa tanto que me roba tiempo, energía, alegría y vida social/familiar? ¿Necesito que me aseguren que lo que temo no sucederá?»
Si contestaste sí, no asumas que tienes TOC. Hablemos y determinemos si una evaluación es una buena idea para ti.
Laura necesitaba exposición y prevención de rituales (ERP) para tratar el TOC.
De vuelta a Laura. Sí. Ella necesitaba ERP para finalmente controlar esa ansiedad. Evitar las cosas que la asustaban (que eran muchas) le estaba privando de vivir la vida.
El ERP fue duro para ella, tuvo que enfrentarse a muchos miedos y eso la estresó más al principio. Tuvo que aprender a aceptar sus sentimientos sin tratar de cambiarlos. ERP la ayudó a darse cuenta de que sus pensamientos no la convertían en una mala persona y que era tan probable que sucedieran cosas buenas como cosas malas.
En el peor de los casos, aprendió que podía esperar a que la vida sucediera porque era capaz de manejarla tal como iba sucediendo. Se volvió experta en reconocer los pensamientos del TOC, de modo que en lugar de dejarse consumir por la ansiedad, supo qué hacer cuando surgieron.
¡Sé como Laura y llámame!
Obtener un diagnóstico preciso de TOC (si lo tienes) puede cambiarte la vida. Puedes darte cuenta de que no eres una mala persona con la intención de hacer cosas malas y que tu futuro no está perdido.
Puedes aprender cómo funciona tu cerebro y cómo responder de maneras útiles. Deja de pasar años ahogado en ansiedad, depresión, culpa y vergüenza.
No importa lo que te dicen tus pensamientos, puedo ofrecerte empatía. No te juzgaré sin importar cuán irracionales o aterradores parezcan tus pensamientos para los demás.
Estemos en el mismo equipo y enfrentemos el TOC para que finalmente puedas comenzar a vivir la vida libremente.
*Nombre cambiado para proteger la identidad del cliente.